martes, 16 de julio de 2013

De empastes, corrosión y reacciones redox



¿Os ha pasado alguna vez  llevar un bocata envuelto en papel de aluminio y sin darte cuenta morder un pedazo y recibir una sensación extraña en los dientes?


Se tienen que dar dos condiciones para que esto ocurra. La primera la que he comentado de morder un poco de aluminio, y la segunda tener algún empaste de amalgama de plata/estaño/mercurio (los poco vistosos empastes negros que se usaban hace unos años)

Cuando un fragmento de aluminio entra en contacto con un empaste de amalgama se produce una reacción que en química conocemos como REDOX (reducción-oxidación) y que dependiendo de los componentes que intervienen puede dar lugar a la aparición de una corriente eléctrica (decimos que la reacción ocurre de forma espontánea).

Y realmente lo que se nota como un cosquilleo, que a veces puede llegar a ser molesto, es realmente una descarga eléctrica que es percibida por el nervio del diente.

 
Para que una reacción redox se lleve a cabo tiene que haber un ánodo (en este caso el pedazo de aluminio), un electrólito (alguien que conduzca la corriente eléctrica, en nuestro caso la saliva) y un cátodo, en este caso inactivo (el empaste formado por una amalgama de plata/estaño/mercurio).







Esta reacción ocurre de forma espontánea y consultando en las tablas genera un potencial de unos 2,89V. Suficiente para notar una pequeña sacudida.






Donde el electrodo de la amalgama actúa de soporte para la reducción del oxígeno.

En química, este tipo de reacciones las denominamos pilas galvánicas y son su presencia tiene lugar en las más variopintas situaciones.


La más frecuentes y que usamos todos los días es la electroquímica de las baterías que empezando por la pila seca, la alcalina, hasta llegar a las recargables o las de última generación de niquel-cadmio o litio de estado sólido.



Saber mas:


  • Corrosión galvánica:

Pero no todas las aplicaciones de las pilas galvánicas van a ser beneficiosas. En las viviendas antiguas (que aún quedan) las instalaciones de agua se realizaban con tuberías de hierro. Si a éstas instalaciones se acoplaba un termo o una instalación exterior con tubo de cobre se apreciaba que al poco tiempo se producía una corrosión del hierro llegando a perforar las tuberías. Es lo que se denomina corriente galvánica y se produce por la unión directa de dos metales (Fe/Cu) de distinto potencial de reducción.



Para impedir este fenómeno se coloca un metal de potencial tal que sea éste el que se oxide (lo que se denomina ánodo de sacrificio) y que evita el deterioro de la instalación. (todo el tema de la corrosión galvánica merece un post entero dada su importancia en la industria).


  • Limpieza de plata:
Otra curiosidad sobre las pilas galvánicas está en la limpieza de la plata.

La plata se oscurece con el tiempo por formación de sulfuro de plata al estar en contacto con la atmosfera.



Si ponemos en un recipiente una hoja de papel de aluminio (actúa como ánodo), nuestros objetos de plata (actúan como cátodo) y agua con sal común (la sal común actúa de electrólito conductor de los electrones), ya tenemos una reacción redox en la que la plata oscurecida (sulfuro de plata) se reduce a plata metálica, recuperando nuestro objetos su brillo original.


  • Empastes de amalgama de mercurio.

 Se comenta en algunos estudios clínicos que si bien los empastes de amalgama de mercurio no son tóxicos una vez colocados, sí que es posible que al realizar las operaciones retirada de los mismos se sobrepase las dosis máxima de esposición. Circula por ahí una psicosis contra este tipo de empastes creando alarmismo a quien los lleve implantados. Antes de hacer caso, mejor buscar varias fuentes de información y hacerse una opinión propia. Pero eso es una historia que contaremos otro día.

 Nota:
 Este post participa en la edición Z=26 del Carnaval de Química que aloja el cuaderno de Calpurnia Tate

Este post participa en el XXVI Carnaval de Química que organiza Luis Moreno en el blog de El Cuaderno de Calpurnia Tate. - See more at: http://mascienciapf.blogspot.com.es/2013/07/ranas-un-laboratorio-ambulante-en-su.html#sthash.GRUFKw9U.dpuf
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4 comentarios:

  1. ¡ Buena entrada! Como tengo la buena o mala suerte de carecer de empastes, nunca he podido experimentar la pequeña descarga de la que hablas, pero me parece una gran idea utilizar este hecho para introducir la idea de pila galvánica. i Me la apunto!

    Un saludo.

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    1. Muchas gracias por pasarte por el blog.
      Un saludo!!!

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  2. Que un trozo minúsculo de papel "albal" se haga huésped inesperado en el hueco de una muela, sí, lo he experimentado... Pero el chispazo, no... No tengo empastes.

    Aunque si los tuviera, no dudaría en patentarme como pila humana jeje.

    Un saludo!!

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    Respuestas
    1. Jajaja, alguna comisión sí me llevaría por la idea, ¿no?

      Gracias por la visita

      Un saludo!!

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