lunes, 21 de enero de 2013

Resfriados, lápices de labios y cosmética



El otro día empecé a notar síntomas de resfriado y junto con los consabidos estornudos, dolor de garganta y escalofríos, empecé a notar los labios cortados y agrietados. Nada, lo típico de un resfriado.

Pero al mismo tiempo me hicieron una consulta de cómo se podía eliminar una marcha de carmín.

Dos temas relacionados con los labios, los lápices de labios y su composición. Ummmm, esto merecía profundizar un poco más en el tema…

Los labios necesitan una protección constante ya que su piel tiene unas propiedades características que la hacen extremadamente sensible.


  • Presentan una capa cornea casi inexistente, por lo que no cumple su función de barrera protectora. Por ese motivo, la piel de los labios padece con las variaciones climáticas, contrayéndose y dilatándose muy deprisa, dando lugar a la aparición de grietas y escozor.

  • Carecen de glándulas sebáceas y sudoríparas, por lo que es fácil la deshidratación y la proliferación de microorganismos.
  • Carecen de melanocitos, por lo que la piel de los labios no se broncea, pero se quema intensamente.

  •  La red vascular es muy importante, lo que explica la coloración de los labios y favorece la renovación celular.


Según lo anteriormente expuesto se deduce que es necesario el empleo de cosméticos protectores que minimicen el efecto de los agentes externos (frio, calor, radiación), así como las posibles infecciones por ser una zona altamente sensible. Las barras de labios constituyen una forma adecuada de aplicación ya que por un lado se ejerce un efecto protector a la vez que decorativa proporcionada por la cosmética.


Básicamente un pintalabios está formado por pigmentos naturales o artificiales que le confieren el color. Pero hay mucho mas…

Al simple tacto podemos comprobar que está formado por una materia grasa. De hecho, dependiendo de las distintas marcas, un 60% de su composición es materia grasa que se reparte en ceras y aceites.
Cuanto más aceite tenga, más brillante será su aspecto, mientras que cuanta más cera, más mate.

El aceite más usado para su elaboración es el aceite de ricino (castor oil), aunque también puede contener aceites de colza y de otras semillas semejantes. Como ceras se usan la cera de abeja o la de palma carnauba.

La mezcla adecuada de éstos componentes son los que consiguen que adquiera su aspecto sólido, pero se deslice y aplique de forma uniforme sobre los labios.

La mayoría de las composiciones llevan incorporados emolientes. Los emolientes son sustancias cuya función es suavizar y ablandar la piel, mucosas y en nuestro caso, los labios. El emoliente más conocido es la vaselina. Otros emolientes habituales son la lanolina y la parafina, si bien hay personas que pueden presentar efectos alérgicos a alguno de estos compuestos y cada vez se usan menos.

Como colorantes su usan mayoritariamente derivados bromados de la fluoresceína. En función del contenido en bromo en la molécula obtenemos diferentes colorantes que pueden ir desde el amarillo al rojo.

Muchos de los colorantes empleados en cosmética son los mismos que los usados en la industria alimentaria, aunque preparados en forma de lacas insolubles para aumentar su persistencia. Entre ellos están el carmín (E120), la eritrosina o rojo xanteno (E127), el amaranto o colorante azoico rojo (E123), la tartracina o colorante azoico amarillo (E102).

 El colorante se fija a la piel a través de las proteínas de la misma
La particularidad de éstos colorantes es que reaccionan con las proteínas de la piel, fijándose a ella con lo que se consigue un oscurecimiento del color y a su vez aumentando su permanencia durante bastante tiempo.

 Para conseguir cubrir los pliegues que tenemos en los labios,  evitar el aspecto de resquebrajamiento y darle un aspecto más uniforme se usa mayoritariamente óxido de titanio (TiO2). A su vez, éste componente disminuye la intensidad del colorante.

Otro componente habitual es la presencia de micropartículas de polímero plástico en cuyo interior se encierran pequeñas cantidades de vitamina E y ácido fólico que se liberan poco a poco revitalizándola.
Si esas micropartículas se rellenan de polimetacrilato obtendremos un aspecto menos graso y y muy reflectante. Y si se rellenan de nitruro de boro se consigue en efecto perlado.

Los pintalabios con efecto de larga duración se consigue adicionándoles aceites de siliconas.

Según las modas o los efectos complementarios que se les quiera dar, los lápices de labios pueden contener protectores solares, aromas, opacificantes,  hidratantes, reepiteletizantes, etc.

Una vez que se tiene definida la composición con todas las propiedades que deseamos y el color elegido, se mezclan todos los componentes a temperatura suficiente para que las ceras y aceites estén fundidos. Se agitan durante el tiempo necesario para que se produzca una mezcla homogénea y se deja enfriar en moldes con la forma deseada.

 Así que los pintalabios no sólo ejercen una función estética sino que a la vez dan protección a una zona de nuestro cuerpo extremadamente frágil y a la vez tan poco cuidada.


Saber mas:

  • El dióxido de titanio se utiliza mucho como un pigmento blanco en pinturas exteriores por ser químicamente inerte, por su gran poder de recubrimiento, su opacidad al daño por la luz UV y su capacidad de autolimpieza. El dióxido también se ha empleado como agente blanqueador en esmaltes de porcelana, dando un acabado final de gran brillo, dureza y resistencia al ácido.

  • En mesopotamia utilizaban piedras semipreciosas trituradas en polvo y amalgamadas con grasas para dar color a los labios. También lo hicieron en las culturas del valle del Indo y los antiguos egipcios, que obtenían tras machacar distintos insectos un líquido de tonalidad rojiza.

  • El nitruro de boro es una sustancia de extremada dureza. Su aplicación industrial es en la elaboración de herramientas de corte para hierro y acero.

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