Las catedrales en general, aparte de ser un lugar de culto y oración, se ha pensado que siempre escondían un significado esotérico, misterioso. Cada una de ellas tiene su leyenda particular.
La catedral de Mallorca encierra muchos misterios y
curiosidades, ya desde los inicios de su construcción.
Alguno de ellos que se pueden destacar:
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Los pilares que soportan la cubierta pueden ser
considerados como una auténtica maravilla arquitectónica desde el punto de
vista de la ingeniería. De sección octogonal, muy esbeltos y sin columnillas
adosadas, alcanzan la máxima altura permitida por el material utilizado.
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En cuanto a los portales, la puerta principal no
se encuentra a sus pies, sino en su fachada sur: el Portal del Mirador,
llamado así porque se encuentra en la fachada que mira al mar.
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El presentar tres naves, la central de mayor
altura que las otras dos es una característica que la distingue las otras de la
época.
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Otra característica del rosetón es su
localización (situado sobre el altar central en la cabecera, y no a los pies
como es habitual) y también la existencia de una gran estrella de seis puntas (estrella
de David) inscrita en él
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Rosetón mayor |
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Rosetón menor |
Y hablando del rosetón,
no está claro si en los inicios de su construcción y posteriormente al
elevar los muros de la capilla y el muro de la fachada opuesta se busco cierta alineación o fue pura
casualidad, pero cada año, el 2 de febrero y (2/2) y el 11 de noviembre (11/11),
cuando hace sol la proyección del rosetón mayor de la capilla se alinea con el
rosetón de la fachada dando lugar a lo que se denomina “el espectáculo del
ocho”.
El rosetón mayor (el que se proyecta en la fachada) está
formado por 24 triángulos equiláteros (12 de los cuales están recortados por la
circunferencia perimetral) alcanzando los 40 m de altura con sus 11,33 m de
diámetro interior y 100,82 m2, sus 129 piezas de marés y sus 1116
piezas de cristal coloreado, es uno de los rosetones más grandes de la
cristiandad.
Otro fenómeno asociado
A principios del siglo XIV, Jaume II hizo construir la
Capilla Real, el lugar donde iba a instalar su sepultura y el germen de la
Catedral, sobre la antigua mezquita de la ciudad.
Y esa construcción
está perfectamente orientada hacia la salida del sol en el solsticio de
invierno, que cae entre los días 21 y 22 de diciembre. Había una
posibilidad entre 360 de que fuera así, lo que lleva a pensar a estos dos
matemáticos que no se trata de una casualidad.
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Las primeras luces |
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Empieza el fenómeno |
En las fechas próximas al solsticio de invierno el sol sale
con un ángulo de 120⁰ SE, que coincide precisamente con la orientación de la
construcción.
Alrededor de ese día el sol aparece en el horizonte con una inclinación de unos 2,5⁰, lo que
facilita que la proyección del sol no re realice bajo el rosetón de la pared
opuesta , si no que se alinee perfectamente con éste dando lugar a que el cono
de luz atraviese todo el templo y la luz sea visible desde el exterior.
El lugar desde donde se puede ver éste fenómeno es en las
terrazas del museo d’Es Baluart.
La terraza desde donde se puede ver mide unos 25-30 m de
longitud. Cuando empieza a subir el sol, se aprecia un pequeño resplandor a
través de los rosetones pero llama la atención que el sol asoma por la pared
sur de la catedral, por lo que parece que el fenómeno no se va a producir, pero
basta desplazarse esos escasos 25 m para que el sol se alinee perfectamente con
los dos rosetones y se pueda apreciar el colorido de las vidrieras.
Notas curiosas:
Galileo Galilei desarrolló las teorías de Copérnico y se
enfrentó a la Iglesia, empeñada en que la Tierra era el centro del Universo. Paradójicamente
parece ser que se buscó la alineación de la catedral con la salida del sol, una prueba del heliocentrismo, ya que se rige
por los movimientos de rotación y translación del planeta, así como de la
inclinación del globo terrestre, que es la responsable de las estaciones y de
que el sol salga y se ponga por distintos puntos en función del momento del
año.
Parece que desde hace pocos años se ha localizado el punto desde donde observar
este fenómeno, aunque si uno vuelve la vista atrás, se puede ver una garita de
la antigua muralla que está perfectamente alineada con el fenómeno de la luz
Por regla general, salvo
excepciones, todas las catedrales cumplen una regla común en todas ellas con
respecto a su orientación. Desde la celebración del primer Concilio de Nicea (325) la orientación de los
edificios religiosos cristianos cambió en 180 grados; se estableció que la
cabecera estuviera orientada al este en vez de al oeste como lo estaban los
templos egipcios y romanos hasta entonces. Este cambio estaba más acorde con
las creencias y simbolismos de la religión católica. Al amanecer, un rayo de
luz penetra por los ventanales del ábside iluminando así la entrada, que es la
parte más oscura en ese momento; esta luz es la que guía a los fieles, en un
recorrido iniciático, desde los pies a la cabecera de la iglesia. Este
simbolismo se acentúa más en el gótico, ya que la mayoría de ellas están
construidas de vitrales, no de piedra.
Si nuestra catedral se hubiera orientado al este, sí se
produciría la entrada de luz en el templo, pero no se habría producido la
alineación de los rosetones.
Otro aspecto curioso es que según la posición relativa de un roseton y la proyección del otro se podía determinar la hora del día, de tal forma que venía a ser una especie de reloj solar basado en luces en lugar de sombras como suele ser lo habitual en los relojes solares.
Hay algunas curiosidades más ocultas con respecto a la catedral, su construcción y los personajes que que en ella intervinieron, pero eso es otra historia que un día de estos contaremos.